¿Afecta a nuestro estado de ánimo
lo que leemos en el tablón de Facebook? Eso mismo se preguntaba la firma de
Zuckerberg cuando puso en marcha su último, y algo polémico, experimento
social. La compañía ha publicado en la revista científica PNAS un estudio en el que revela que durante una semana manipuló el
feed de noticias de casi 700.000 usuarios para comprobar cómo les afectaba lo
que leían de sus contactos.
De esta manera, durante siete
intensos días la investigación alteró a través de un algoritmo el tablón de
689.003 personas -aquellas que tienen Facebook configurado en inglés-,
mostrando a un grupo de la muestra un mayor número de noticias y mensajes
positivos mientras que al otro se le filtró para que leyeran un cantidad superior
de publicaciones de contenido negativo.
Los resultados ponen de manifiesto
que las emociones de los mensajes online son contagiosas, de forma, que
aquellas personas que vieron contenidos positivos, publicaron mayor cantidad de
mensajes similares y menos negativos en los días posteriores en su propio
tablón. El efecto contrario ocurrió en aquella muestra de personas que
visionaron "malas" noticias durante los días de investigación -tienes
una gráfica a continuación para observar los datos.
Según se extrae del resumen del
estudio presentado por Facebook y dirigido por Adam Kramer:
Se demuestra, a través de un
experimento masivo (N = 689.003) en Facebook, que los estados emocionales
pueden ser transferidos a otros a través de contagio emocional, lo que lleva a
las personas a experimentar las mismas emociones sin su conocimiento. Nosotros
proporcionamos evidencia experimental de que el contagio emocional sucede sin
interacción directa entre la gente (la exposición a un amigo expresando una
emoción es suficiente) y en ausencia total de señales no verbales.
Evidentemente, el concepto de
contagio emocional no es nuevo en el mundo de la psicología, sin embargo, sí
que resulta tremendamente interesante de observar cómo dichas reacciones
emociones y comportamientos son también replicados a través de una red social
online.
Ni qué decir tiene que la polémica
con este experimento también está más que servida. Son muchos los que se
muestran contrarios ante la idea de que Facebook manipule lo que leen o no en
su red, hasta tal punto de que sea capaz de influir en el propio estado de
ánimo -¿qué otras consecuencias positivas o negativas ha podido llegar a tener
el experimento fuera de la red en las personas que inconscientemente
pertenecieron a la muestra?.
Adam Kramer indica en el estudio
que la investigación respeta la política de
uso de datos de Facebook -esa con la que supuestamente estás de
acuerdo cuando te creas una cuenta en la red, sí-, de forma que legalmente
todas las personas que usan Facebook consienten ser usadas en este tipo de
experimentos.
"La razón por la que
hicimos este experimento es porque nos preocupamos por el impacto emocional de
Facebook en la gente que utiliza nuestro producto", dice Kramer.
"Sentíamos que era importante investigar la preocupación común de que ver
a amigos que publican contenido positivo lleva a la gente a sentirse negativa o
alienada. Al mismo tiempo, nos preocupaba que la exposición a la negatividad de
los amigos llevara a la gente a dejar de visitar Facebook".
"Puedo entender por qué algunas personas tienen preocupaciones sobre la investigación, y mis coautores y yo sentimos mucho cómo la publicación describe el estudio y la ansiedad que esta ha causado. En retrospectiva, los beneficios de investigación del estudio quizá no hayan justificado este nivel de ansiedad".
"Puedo entender por qué algunas personas tienen preocupaciones sobre la investigación, y mis coautores y yo sentimos mucho cómo la publicación describe el estudio y la ansiedad que esta ha causado. En retrospectiva, los beneficios de investigación del estudio quizá no hayan justificado este nivel de ansiedad".