Detrás de
cualquier proyecto existe un líder que lo motoriza, que lo empuja. El valor
principal de cualquier emprendimiento, empresa u organización, pasa por el
líder de esa propuesta.
¿Sos bueno
para las relaciones interpersonales, para ejecutar un proyecto, para el
análisis o para crear nuevas ideas? Existe un modelo teórico que clasifica a
los líderes en cuatro modelos básicos. Estos modelos básicos se corresponden
con 4 especies animales. Por supuesto que los perfiles se combinan, pero el
análisis es útil para pensar los puntos fuertes y débiles, es decir armar un
FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades, amenazas) de cada tipo de
personalidad.
Los cuatro tipos de líder inspirados en especies animales son: el águila, el ciervo, el toro y el
mono.
El Águila:
es el que tiene la visión de negocio. Percibe cosas que otros no pueden ver.
Anticipa las necesidades del mercado y tiene visión de largo plazo. Muestra
entusiasmo por sus ideas, apoya las de otros e intenta generar tareas acordes a
estas ideas. Dentro de este tipo, hay dos modelos diferentes.
Por un lado
está aquel águila intuitiva, que percibe los cambios en el mercado y que
intenta anticiparse a ellos, tomando las medidas del caso. Por otro lado, está
aquel que es más racional y que se basa en modelos estadísticos para predecir
el futuro, que se sostiene en el estudio.
El punto
débil de esta personalidad es que cuando se equivoca, su rol es cuestionado.
Por lo general tiene dificultad para seguir proceso y a veces pierde el foco.
Es poco estructurado y tiene dificultades para administrar su tiempo. Necesita
ayuda en este aspecto. Se destaca por la creatividad y la visión.
El Ciervo:
se especializa en los aspectos emocionales. No es un manipulador, pero logra
generar empatía con la gente para lograr que hagan lo que el necesita. Tiene
buenas relaciones interpersonales. Le gusta trabajar en buenos ambientes de
trabajo. Sus decisiones son éticas.
Su
debilidad es que genera tan buenas relaciones con la gente, que le cuesta tomar
decisiones comprometedoras y difíciles. Le cuesta decir que no. Está más
orientado a la colaboración que a la competencia. Tiene capacidad para
coordinar equipos
El Toro:
tiene fuerza de voluntad. No le importa lo que digan los demás, el va para
adelante. Su fortaleza es hacer. Tiene gran capacidad ejecutiva. Puede
desarrollar varios proyectos a la vez. Toma riesgos y le gustan los desafíos.
Sabe motivar equipos. Es muy proactivo. Presenta los temas de forma rápida y
concisa. No le gusta escuchar.
Su punto
débil es que se equivoca más que el resto, ya que tiene menos capacidad de
análisis y reflexión. Es atolondrado. Es controlador al extremo y le cuesta
delegar. Sin embargo es un gran capitán para momentos difíciles.
El Mono: es aquel que es bueno con el análisis y con
los números. Tiene algunas dificultades para sociabilizar, pero consigue
realizar cálculos asombrosos. Puede detectar fácilmente problemas y pensar
soluciones, para lograr los mejores resultados. Logra racionalizar cuestiones
complejas. Es muy práctico y planificador.
La contra
es que demora mucho tiempo en tomar decisiones y tiene poca imaginación. A
veces, se le presentan situaciones que no puede controlar. Es muy conservador.
Su
fortaleza es la evaluación y el seguimiento de los proyectos.
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