Una vez terminada la universidad, para muchos casos como el mío, es el momento de plantearse qué opciones de futuro tenemos. Una de ellas pasa por elegir un título de posgrado que permita seguir ampliando nuestros conocimientos, mayor especialización. Elegir el posgrado más adecuado a los intereses personales de cada candidato no es una decisión sencilla. La oferta de estudios de posgrado en nuestro país es muy abundante y diversa, con especializaciones en casi todos los campos. Dar con el mejor programa dependerá del perfil de cada uno, de los objetivos, del 'background' académico, de la experiencia y de la capacidad de inversión o financiación. No es aconsejable guiarse sólo por las demandas del mercado, sino pensar en el rumbo que se quiere dar a la profesión.
“Los jóvenes con posgrado ganan alrededor de un 60% más que los licenciados de grado. Las diferencias aumentan con el paso de los años”
Leyendo varios artículos acerca del tema llegué a elaborar 10 cuestiones a considerar a la hora de elegir un centro de formación para decidir de la forma más racional posible:
1)
La primera
clave es la estrategia de carrera profesional: La idea central es ver hacia
dónde se quiere apuntar en la vida profesional, independientemente del lugar en
el que uno esté trabajando, o en el área en que se haya formado. Hay que ver
qué competencias se piden en el puesto en que a uno le gustaría tener dentro de
unos años y tratar de adquirirlas. Lo que pide el mercado, entonces, debe ir
después de lo que “le sirve a cada uno como persona”. El posgrado debe servir
para otorgar perspectiva sobre la actividad profesional, un espacio de crítica,
cierta distancia con el trabajo cotidiano, que en general anula esta
posibilidad de análisis crítico sobre lo que uno hace.
2)
Buscar
el tipo de programa más adecuado: Hay cursos a tiempo completo, denominados full time, que exigen
plena dedicación. Los executive se dirigen a
profesionales con experiencia y tienen horarios que se pueden compaginar con la
actividad laboral. Hay que distinguir además entre los generalistas y los especializados.
Los generalistas, como el MBA, dan una visión de todas las áreas de la empresa.
Pueden ser convenientes para profesionales que no han estudiado Empresariales y
desean asumir posiciones de gestión. Es el caso típico de los ingenieros. Los
especializados son recomendables para recién titulados que quieran encaminarse a
un determinado sector, o para profesionales que quieren reorientar su carrera
hacia otros sectores o reinsertarse en el mercado de trabajo.
4)
¿Estudiar en
el extranjero? Los programas Argentinos compiten en calidad con los extranjeros. La experiencia
exterior facilita la posibilidad de optar a determinados puestos o a tener una
carrera profesional internacional. Otra opción es estudiar en un centro
nacional que proporcione intercambios de alumnos con escuelas de otros países o
matricularse en un posgrado de una universidad de Argentina que ofrezca una
estancia en el extranjero como parte del programa académico, e incluso
prácticas en empresas foráneas.
5)
¿Hay
que elegir por el prestigio o por el precio?
El consenso entre antiguos alumnos, profesionales y entendidos es total: cada cual debe escoger el posgrado que más se adapte a sus características personales, perfil, ambiciones y circunstancias. Pero, lógicamente, el reconocimiento que el programa y el centro tengan en el mundo empresarial es una de las cuestiones más importantes a la hora de decidirse. Algo, no obstante, que está condicionado por la capacidad de inversión de cada persona. La elección en este caso es personal, pero hay que tener en cuenta las limitaciones económicas.
El consenso entre antiguos alumnos, profesionales y entendidos es total: cada cual debe escoger el posgrado que más se adapte a sus características personales, perfil, ambiciones y circunstancias. Pero, lógicamente, el reconocimiento que el programa y el centro tengan en el mundo empresarial es una de las cuestiones más importantes a la hora de decidirse. Algo, no obstante, que está condicionado por la capacidad de inversión de cada persona. La elección en este caso es personal, pero hay que tener en cuenta las limitaciones económicas.
6)
Verificar si
existen becas o ayudas económicas: al momento de decidir y cuanto se están valorizando
económicamente las diferentes opciones, conviene verificar si cumplimos las
condiciones para ostentar de alguna beca o beneficio por nuestra universidad de
graduación, nuestro promedio, nuestro trabajo y experiencia, y hasta nuestra
capacidad deportiva.
7)
Analizar
financieramente al posgrado como si fuera una inversión: otro punto
que puede ser interesante es hacer un cash flow del posgrado, teniendo en
cuenta al posgrado como una inversión que nos traerá beneficios futuros, ver su
tasa de rentabilidad, etc. Este punto puede darnos una visión optimista de la
inversión que vamos a hacer, en vez de verla como un gasto.
8)
¿Incluyen
prácticas en empresas estos programas?
Es interesante pensar, sobre todo para los posgrados profesionales, si
ofrecen vínculos con empresas privadas u organismos públicos. Algunos másteres
dirigidos a recién titulados universitarios sin experiencia o a jóvenes con una
corta trayectoria las ofrecen. Es importante saber si el centro las garantiza a
todos los participantes, como una parte del programa académico, o si sólo son una
posibilidad.
9) ¿Es recomendable compaginar el curso con
un trabajo? Hay quienes piensan que para aprovechar al máximo un máster es
preferible centrarse en el curso y no compaginarlo con otras tareas. Esto es
más indicado si se quiere realizar una inmersión total y dar un giro radical a
la carrera profesional. Sin embargo, muchos creen que si se trabaja al mismo
tiempo en trabajos relacionados el resultado será más enriquecedor, porque se
puede ir aplicando cada día lo aprendido.
10) ¿Qué
dedicación exige la participación en un posgrado? Relacionado con
el punto anterior, muchas veces para rentabilizar al máximo un máster es necesario
dedicar muchas horas al estudio, a la preparación de las clases, a la
resolución de los casos prácticos y a los trabajos en equipo. Muchas escuelas
de negocios informan en los temarios del número de horas que llevará al
estudiante preparar cada asignatura. Una dedicación de al menos 7 horas semanales puede ser una
pauta aproximada, aunque esto es muy variable.
Lo importante es analizar el contenido del master a realizar. Los programas debes ser actuales como en esta web. Ya no vale tener un MBA por solo tenerlo. Ahora hay mucha más competencia en el mercado laboral
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